Rusia
Rusia ofrece una gran variedad de atracciones a lo largo de la ruta del Transiberiano hasta Irkutsk. En Moscú, puedes visitar la icónica Plaza Roja, el Kremlin y la Catedral de San Basilio. A medida que avanzas, ciudades como Kazán destacan por su mezcla de culturas con su hermoso Kremlin y la Mezquita Qol Sharif. Ekaterimburgo es famosa por su historia vinculada a los Romanov y sus paisajes montañosos en los Urales. En Novosibirsk, el corazón de Siberia, puedes explorar su enorme ópera y el Museo del Ferrocarril. Krasnoyarsk ofrece impresionantes paisajes naturales, ideales para senderismo en la reserva Stolby. Finalmente, Irkutsk es la puerta de entrada al majestuoso lago Baikal, donde podrás admirar su belleza y visitar la isla de Olkhon para una experiencia auténtica en Siberia.
Moscú
Moscú me atrapó desde el primer momento con su mezcla de historia y modernidad. La Plaza Roja, con la impresionante Catedral de San Basilio y el Kremlin, es el punto de partida perfecto. Pasear por la calle Arbat revela el lado más bohemio de la ciudad, mientras que el metro, con sus estaciones palaciegas, es una atracción en sí mismo. Para una vista inolvidable, el Parque Zaryadye ofrece una panorámica espectacular del Kremlin. Y al final del día, el contraste del Centro de Negocios de Moscú demuestra que esta ciudad no deja de reinventarse.


Ekaterimburgo
Ekaterimburgo es una ciudad de contrastes, donde la historia de Rusia se siente en cada rincón. Su lugar más emblemático es la Iglesia sobre la Sangre, construida en el sitio donde fueron ejecutados los Romanov, un punto clave para entender el pasado del país. Pasear por la calle Vaynera es una experiencia única, con su aire europeo, esculturas curiosas y cafés acogedores. Pero lo mejor de Ekaterimburgo es su conexión con la naturaleza: los Montes Urales están a un paso, ofreciendo rutas de senderismo espectaculares y el famoso obelisco que marca la frontera entre Europa y Asia. Moderna, vibrante y con un pasado fascinante, esta ciudad es una parada obligada en el Transiberiano.
Novosibirsk
Novosibirsk, la capital de Siberia, es una ciudad sorprendente que combina modernidad y tradición. Su icono más famoso es la majestuosa Ópera y Ballet, la más grande de Rusia, situada en la enorme Plaza Lenin. Para los curiosos, el Museo del Ferrocarril ofrece una increíble colección de locomotoras históricas, reflejando la importancia del Transiberiano en la región. A orillas del río Obi, el clima y la vida local se sienten con fuerza, especialmente en verano, cuando las playas fluviales se llenan de gente. Si buscas naturaleza, el Zoológico de Novosibirsk es uno de los mejores de Rusia, y Akademgorodok, la "ciudad de los científicos", ofrece un ambiente único entre bosques y lagos.


Irkutsk y el Lago Baikal
Irkutsk es la puerta de entrada a una de las maravillas naturales más impresionantes del mundo: el lago Baikal. La ciudad en sí misma tiene un encanto especial, con su arquitectura de época soviética y su rica herencia siberiana. Un paseo por el centro te llevará a la Iglesia de la Transfiguración y el Mercado Central, donde puedes probar delicias locales. Pero lo realmente fascinante de Irkutsk es su proximidad al lago Baikal, el lago más profundo del planeta. Sus aguas cristalinas y paisajes montañosos te dejarán sin aliento. En invierno, el lago se congela, creando un mundo de hielo que parece sacado de un cuento. En verano, puedes explorar la isla Olkhon, un lugar de belleza salvaje y misticismo, ideal para desconectar y disfrutar de la naturaleza en su forma más pura.